La importancia de San Agustín y Santo Tomás de Aquino en la concepción cósmica y su influencia en los calendarios


La necesidad de medir el tiempo, volvió esencial la observación del cosmos, permitiendo posteriormente la elaboración de calendarios. En donde Santo Tomás de Aquino y San Agustín de Hipona tuvieron gran relevancia debido a sus planteamientos filosóficos, que detonan un grado de madurez respecto a la visión griega.

En primera instancia tenemos la aparición del pensamiento de San Agustín de Hipona durante la decadencia del Imperio romano, quien a través de influencias de filosofías paganas como el Maniqueísmo, consideraba que el universo es el resultado de confrontaciones entre mundo de la tinieblas y la luz, en donde la luz es el significado de paz y la oscuridad constituye una lucha. Su pensamiento estaba ligado a lo teológico y filosófico, por ello con su majestuosa obra conocida como la Ciudad de Dios, plantea que la ciudad terrena debe adecuarse a la ciudad celestial, dejando entrever que todo lo que el hombre realice debe ser cotejado con el texto bíblico y la tradición de la iglesia católica. De esta manera el pensamiento de San Agustín adquiere importancia para evitar el desarrollo independiente de la ciencia, viéndose reflejado en la confección de los calendarios, en donde se aprecia un distanciamiento a la ciencia objetiva y un acercamiento a la concepción de tiempo y espacio presente en el texto bíblico.



Por otro lado tenemos a Santo Tomás de Aquino, quien se convirtió en el representante típico de la escolástica medieval durante el feudalismo. Santo Tomás dejaba en claro que la fe y la ciencia no deben contraponerse, sino suplementarse, por ello él buscaba una respuesta científica que no objetará los postulados bíblicos. Además, él sostenía que el conocimiento empieza con los sentidos, por esto crea una obra basada en los fundamentos aristotélicos con el fin de lograr que la Teología respondiera a las exigencias racionales de la filosofía y de la ciencia, sin embargo no logra disolver definitivamente la división entre la Teología y la Ciencia. La exposición de sus pensamientos trajo como consecuencia que el Tribunal de la inquisición comenzará a perseguir a  científicos como Copérnico y Galileo Galilei, debido a que no era un momento apropiado para introducir cambios en la iglesia que se alejaran de la interpretación de la Biblia, lo que provoco problemas en la calendarización litúrgica. Sin embargo, después de un tiempo la Iglesia amplio su visión y acepto parcialmente y por conveniencia las propuestas.



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