Actos del Hombre y Actos Humanos
¿En
que se distinguen los actos del hombre y los actos humanos?
Al pensar en actos, todos sabemos que hace referencia a
alguna acción que realiza alguien, pero… ¿los actos del hombre y los actos
humanos son lo mismo?, quizás los conceptos suenen parecidos pero la verdad es
que son algo totalmente diferente y la única relación que tiene es que se
tratan de acciones que realiza el hombre pero de distinta forma, ¿y cómo es
esto? Bueno pues para lograr entenderlo es necesario diferenciar que significa
en realidad cada término, primero tenemos a los actos humanos los cuales son
ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son
originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en
sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos
son el objeto material de la Ética y son los que pueden ser
juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral. Sin embargo
los actos del hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas
cosas, un ejemplo claro es por ejemplo un estornudo, un bostezo, la
respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los
ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el
hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a un instinto animal. Estos actos
carecen de moral por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista
moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde
otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico.
Un aspecto importante que nos ayuda a diferenciar estos dos
actos es el valor que tienen. Los actos ya sean humanos o del hombre,
tiene un cierto valor ontológico mientras que el valor moral
se encuentra solo en los actos humanos.
Para dejar en claro la diferencia podemos decir que los actos
humanos tienen que ver con el obrar (acciones que construyen la personalidad)
mientras que los actos del hombre tienen que ver con el hacer (todo lo que se
manifiesta).
Los actos humanos se
pueden modificar intencionalmente en atención a la aprehensión de los valores
mientras que los actos del hombre no se pueden modificar respecto de valores o
criterios morales.
En los actos humanos está involucrada la ética (conjunto de
valores) mientras que en los actos del hombre está involucrada la fisiología (naturaleza
biológica de la persona).
Los actos humanos se basan en la coercibilidad (incidencia de
otros para actuar de acuerdo a prejuicios morales) mientras que los actos del
hombre se basan en la incoercibilidad (se cumplen espontáneamente de acuerdo a
la naturaleza humana).
Y por último, los
actos humanos incluyen a la persona que los realiza y a las personas que juzgan
el acto, mientras que los actos del hombre solo interviene la persona que los
realiza.
¿Por qué es
más alto para Santo Tomás hablar de lo humano que simplemente del hombre?
Santo Tomás distinguió dos tipos de conductas
humanas, la primera, en la que se habla de los actos del hombre y son aquellas que no son consecuencia de la
voluntad y del libre albedrío; son acciones del hombre pero no propiamente
humanas pues no son del hombre en cuanto tal,
a estas también les llamo naturales, como es el caso de las operaciones
del alma vegetativa y los actos involuntarios (los reflejos, por ejemplo).
Por otro
lado, estudio la conducta en la que se observan los actos humanos, es decir,
las acciones libres que el sujeto realiza porque así lo quiere y que son
consecuencia de su razón y de su voluntad. Se decía que estas acciones se hacen
por un fin, y en último término por la felicidad.
En esta noción de acto voluntario hay dos
elementos básicos. El primero, la espontaneidad de la acción, pues tiene su
origen en un principio inmanente al hombre, que es la voluntad deliberada como
potencia motora de toda su actividad. El otro elemento y que da la formalidad
propia a la acción voluntaria, es el conocimiento del fin, puesto que el hombre
conoce aquello en vista de lo cual se realiza la acción, y lo conoce
expresamente bajo la razón de fin de su obra. Además, el hombre conoce la
relación entre medios y fin, pues descubre que sus acciones son los verdaderos
medios a su disposición para lograr sus propósitos.
Santo Tomás afirmaba que el ser humano se
propone sus propios fines y se mueve por sí mismo a ellos, en tanto posee
naturaleza racional, es decir, en tanto es libre. A diferencia de los seres
irracionales, que tienden al fin por un apetito natural y no movidos por sí
mismos, el ser humano es dueño de su propia conducta y se dirige libremente al
fin que quiere alcanzar mediante su acción.
Es por
ello, que a Santo Tomás le parecía más alto hablar de lo humano que simplemente
del hombre, porque hablar de lo humano significa hablar de la creación de Dios,
una creación que a diferencia de las demás tiene la virtud de elegir, conforme
al fin a dónde quiere ir. Sin embargo al hablar del hombre, recordemos que el
hombre es un animal, y por lo tanto solo tiende al fin de forma natural y no
porque él lo elija.
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